Mucho tiempo llevábamos intentando reunirnos, pero no se por qué no poníamos el empuje suficiente para conseguirlo . Por fin el 16 de Agostso lo logramos y tuvimos la suerte de compartir una velada alrededor de unos 50 amigos
Paula lo reflejó de una forma tan especial como ella:
PASEO NOCTURNO
A LA LUZ DE LA INFANCIA
Paseo en solitario
cuando el atardecer
aún no borró la luz.
La calle solitaria
prepara mi camino
regalando momentos
que guardaba olvidados
en el fondo de ayer.
A LA LUZ DE LA INFANCIA
Paseo en solitario
cuando el atardecer
aún no borró la luz.
La calle solitaria
prepara mi camino
regalando momentos
que guardaba olvidados
en el fondo de ayer.
Una sonrisa franca
se me posa en los labios
y la tensión pasada
se diluye discreta
dejando un hondo hueco
a la ilusión tranquila.
Reconozco el camino
y cada nuevo paso
me acerca los afectos
que espero reencontrar.
Por fin la misma casa
Con las puertas abiertas
que antaño me acogían
me recibe gustosa
y me ofrecen su asiento
con abrazos que vivo
como un lazo que une
el pasado y el hoy.
Después al ir llegando,
los rostros no han perdido
la mirada que guardo
y cada abrazo nuevo
es otro suave baño
de cálida ternura.
La noche va pasando
y no quiero perder
ni una brizna de hierba
que va brotando verde
con las hondas raíces
que aguardaban el riego.
Las risas, las canciones,
las confidencias francas…
Esa red que se teje
con la misma madeja
que quedó en nuestros cestos
las agujas lcargadas
de puntos por cerrar.
Y la plaza, el espacio
más nuestro, se nos brinda
ante ojos ajenos
que miran extrañados.
Y jugamos de nuevo…
Y sentimos la savia
que nos brota y nos nutre.
Hay en la despedida
un deseo no expreso
de dejar que la puerta
no se cierre de nuevo…
Pues punto suspensivo
que prologa el reposo
de una charla nocturna
íntima y transparente
saludando sin prisas
casi otro amanecer.
Me retiro a la cama
repleta de emociones
sintiendo que soy rica
con todo este caudal.
se me posa en los labios
y la tensión pasada
se diluye discreta
dejando un hondo hueco
a la ilusión tranquila.
Reconozco el camino
y cada nuevo paso
me acerca los afectos
que espero reencontrar.
Por fin la misma casa
Con las puertas abiertas
que antaño me acogían
me recibe gustosa
y me ofrecen su asiento
con abrazos que vivo
como un lazo que une
el pasado y el hoy.
Después al ir llegando,
los rostros no han perdido
la mirada que guardo
y cada abrazo nuevo
es otro suave baño
de cálida ternura.
La noche va pasando
y no quiero perder
ni una brizna de hierba
que va brotando verde
con las hondas raíces
que aguardaban el riego.
Las risas, las canciones,
las confidencias francas…
Esa red que se teje
con la misma madeja
que quedó en nuestros cestos
las agujas lcargadas
de puntos por cerrar.
Y la plaza, el espacio
más nuestro, se nos brinda
ante ojos ajenos
que miran extrañados.
Y jugamos de nuevo…
Y sentimos la savia
que nos brota y nos nutre.
Hay en la despedida
un deseo no expreso
de dejar que la puerta
no se cierre de nuevo…
Pues punto suspensivo
que prologa el reposo
de una charla nocturna
íntima y transparente
saludando sin prisas
casi otro amanecer.
Me retiro a la cama
repleta de emociones
sintiendo que soy rica
con todo este caudal.